lunes, 14 de abril de 2014

Teatro: Continuidad de los parques


Se está representando en el Matadero "Continuidad de los parques", obra original de Jaime Pujol. La obra no tiene nada que ver con el cuento de Cortazar que leímos en clase hace unas semanas, aunque según indica su autor, toma el nombre de dicho cuento, tanto como homenaje a Cortazar como por su forma circular. Jaime Pujol es un hombre de teatro, actor, autor y director. Esta fue su primera obra, en 1992, y en ella se aproxima, en algunos casos al teatro del absurdo. En el primer montaje se acompañaba de obras cortas de otros autores, como Harold Pinter.

La obra es una sucesión de ocho escenas o encuentros en un parque entre personajes que no tienen nada que ver entre si en la mayor parte de los casos. Se desarrolla a lo largo de las cuatro estaciones del año y cubre las 24 horas del día. Todas las escenas tienen como característica común diferentes formas de comunicación entre sus personajes, la palabra, el móvil, los gestos, lo que da lugar a que su tratamiento sea muy variado con momentos de predominio de la mímica (que en algún caso me recordó a Tricicle), así como una sorpresa final que cambia (o pretende cambiar) el sentido de lo visto.
En general el texto y las situaciones están bastante por debajo de la puesta en escena. Las escenas son muy irregulares. Junto a algunas situaciones ingeniosas y muy bien resueltas, en algunos casos casi surrealistas, otras no pasan de ser chistes alargados.

El responsable de la puesta en escena es Sergio Peris-Mencheta, a quien hemos visto como Gonzalo de Córdoba en Isabel y Bruto en Julio Cesar. Parece que su faceta como director es en la que destaca más. En general la puesta en escena es imaginativa y parece muy trabajada, resuelta con un escenario sencillo y la proyección de la imagen de un parque donde se aprecia el paso de los meses.

Los actores son Gorka Otxoa (a quien hemos visto como Pagafantas en el cine), Fele Martínez ( a quien recuerdo de Tesis, el debut de Alejandro Amenábar y en El gran teatro del mundo, dirigida por Carlos Saura el año pasado), Luis Zahera y Roberto Alvarez. Todos están bien, interpretando notablemente a personajes muy diversos. También interviene Marta Solaz como responsable de la música, y participando en algunos momentos de la acción ( y también como acomodadora) y Xabier Murúa. En mi opinión los dos primeros son los más destacados en un conjunto muy correcto.

Es una pena que el texto, muy irregular en su desarrollo, como he dicho, no esté a la altura del resto de la producción.

Al margen de esta obra, informaros de que el mes que viene reponen en el Matadero, Un trozo invisible de este mundo, de Juan Diego Botto, dirigida por Sergio Peris-Mencheta, que fue un gran éxito la temporada pasada en ese mismo teatro y que cuenta con varias nominaciones para los Premios Max.

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