Enemy es la nueva película dirigida por Denis Villeneuve, un canadiense que nos sorprendió agradablemente el año pasado con Prisioneros, una película notable que ya comenté en el blog.
Enemy cuenta la historia de un profesor universitario, Adam, que descubre la existencia de un actor, Anthony, que es físicamente igual a él, incluso con la misma voz. Obsesionado por este hecho, no parará hasta contactar con él en un enfrentamiento con consecuencias dramáticas para ellos y sus parejas. Se trata de una adaptación de una novela de José Saramago, El doble o El hombre duplicado que no conozco.
Está situada en la ciudad de Toronto que está presentada como una ciudad gris e inhóspita, absolutamente poco recomendable para vivir, con una fotografía que nos transmite un ambiente opresivo, y que es lo mejor de la película.
El guión está lleno de casualidades poco creíbles y es difícil encontrar sentido a muchas de las reacciones de los personajes.
El caso es que a lo largo de Enemy, no sabemos si Adam y Anthony son la misma persona, si Adam lleva una doble vida, de quien es la madre el personaje de Isabella Rossellini, en una sucesión de encuentros y escenas que realmente es difícil saber a que vienen. Y el problema no es que no nos den una explicación, sino que todo ofrece una sensación de arbitrariedad y falta de sentido, llevado a crear unas expectativas y una tensión que no se ven satisfechas.
Jake Gyllenhaal es el protagonista absoluto en el doble papel de Adam y Anthony, y aunque consigue transmitir la doble personalidad de ambos, cansa un poco su pose de hombre atormentado.
Lo más positivo de la película es que me ha provocado el interés por leer la novela de Saramago en la esperanza de que aporte la coherencia de la que carece la película.
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