viernes, 22 de noviembre de 2013

Más sobre Tirano Banderas

Los intérpretes y el director, Oriol Broggi


Adaptar una novela al cine o al teatro supone trasladarla a un lenguaje diferente. Esto, que es evidente en el caso del cine, puede no serlo tanto cuando nos referimos al teatro. Al fin y al cabo, ambos medios, el escrito y el representado son dos formas de literatura y parten de un texto escrito.
Probablemente la diferencia fundamental entre novela y teatro es la presencia-ausencia del narrador. En la novela siempre existe un narrador. En primera persona o en tercera, omnisciente o  integrado en la acción, pero siempre está presente. En el teatro, no es así. La narración surge de los diálogos y de la actuación (o de las acotaciones, cuando no es representado). Y cuando se incorpora la figura del narrador a la representación, suele degenerar en situaciones poco teatrales, como ocurre en las dos adaptaciones actualmente en los escenarios de Madrid, Doña Perfecta y Tirano Banderas.
Sobre Doña Perfecta, de Pérez Galdós ya escribí hace unas semanas. Ahora acabo de ver Tirano Banderas, de Valle Inclán, en el Teatro Español. La he visto sin conocer la novela ni la película que se hizo sobre ella hace unos años. La novela la estoy leyendo actualmente. Aunque me gustó la obra, tengo que señalar que al leer la novela se aprecia como el lenguaje narrativo y literario  de Valle Inclán prácticamente no se encuentra sobre el escenario. Y no solo se trata de  la gran dificultad que entraña convertir una novela tan complicada como es Tirano Banderas, en una obra de teatro con las limitaciones que ofrece una representación teatral. Es que la forma de narrar de Valle es irreproducible. Además, está el hecho de que la presencia de muchos personajes obliga a que los actores interpreten varios personajes (en este caso, una de las actrices interpreta ¡10 personajes distintos!) lo que produce una relativa confusión, al obligar al espectador a estar muy atento, a lo que contribuye igualmente, sobre todo en el primer acto, la simultanea presentación en el escenario de diferentes conflictos. No obstante en mi opinión todo ello está bastante bien resuelto. Se utilizan adecuadamente las posibilidades que ofrece un escenario ampliado mediante la retirada de dos filas de butacas y los primeros palcos y se sigue con atención.


Se trata de un proyecto llamado "las dos orillas" en el que colaboran diferentes países sudamericanos ademas de España, lo que da lugar a un reparto multinacional. Esto podía haber sido un problema al tener que coexistir diferentes criterios de interpretación e incluso acentos, pero lo cierto es que no crea ningún problema e incluso las diferencias de acentos están bien insertas en la representación.


Creo que pese a la dificultad de adaptación se trata de un espectáculo correcto y valioso, bien interpretado, que al menos en mi caso, me ha inducido a leer la novela original y que merecería una respuesta del público mayor que la obtenida. El domingo que asistí a la representación, la entrada no llegaba ni a la mitad del aforo.

Espero que a los que asistáis a la representación el próximo jueves os interese y promueva la lectura de la novela, si aún no lo habéis hecho.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, Joaquín, estoy preparando la clase y tus apuntes son de gran utilidad. Por cierto que soy anónima porque no sé poner ni nombre en el blog.

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  2. Supongo que eres Marisa. Lo más fácil es que termines el comentario con tu nombre. Joaquin

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