
A un día monótono otro
monótono, invariable sigue: Pasarán
las mismas cosas, volverán a pasar
los mismos instantes nos hallan y nos dejan.
Un mes pasa y trae otro mes,
lo que viene uno fácilmente lo adivina:
son aquellas mismas cosas fastidiosas de ayer.
Y llega el mañana ya a no parecer mañana.
Constantino Cavafis- Monotonía
"El desierto de los Tártaros" es una magnífica novela que no da un ápice de respiro al lector, todo en ella pesimista, agobiante, deprimente y absorbente, es una cruel mirada a la fugacidad del tiempo que a veces consumimos monótonamente esperando metas a veces imposibles o inalcanzables; "TempusFugit" pero sin "Carpe Diem", los protagonistas viven en una eterna espera la posibilidad de que les
llegue la gloria ,con la hipotética llegada de los tártaros ,por ello son incapaces de vivir y disfrutar el momento renunciando a familia, amores y amigos.
¿Qué y quienes son los Tártaros?. Pueden ser una amenaza, una quimera o una absurda justificación de conductas irracionales y a la vez acomodaticias, los militares de la guarnición esperan su llegada como Vladimir y Estragón esperaban a Godot, que nunca acababa de llegar, en esta obra, al final cansados de esperar dialogan:
Vladimir : !Qué nos vamos¡.
Estragón : Sí vámonos.
( NO SE MUEVEN )
Ese mismo inmovilismo es el que domina a la guarnición incapaz de salir del circulo rutinario del reglamento y las ordenanzas militares.
Otro elemento fundamental es la Fortaleza, es curioso Buzzati siempre la escribe con máyusculas como para resaltar su importancia o darle categoría de algo vivo.
¿Qué es y qué representa la Fortaleza?. Sin duda se trata de un elemento simbólico ,abierto a la
interpretación del lector. Podría ser una mala hembra de nombre Fortaleza y apellido Bastiani, que como esas heroínas del cine negro, seducen, manipulan y obnuvilan a los hombres, llevándoles a un destino fatal;
Podría ser como la ninfa Calipso que retiene a Ulises años y años retrasando e impidiendo su regreso a Ítaca; Podría ser como una mantis castradora y devoradora de machos o podría ser lo que realmente parece ser ,el último bastión de una frontera aparentemente muerta pero que ejerce una extraña fascinación
sobre muchos de sus habitantes que van demorando su salida a otros posibles destinos y que en sus escasas
ausencias la acaban añorando y vuelven raudos porque se ha convertido en su único mundo y universo, el impacto que produce en el protagonista Drogo queda así reflejado:
No era imponente la Fortaleza Bastiani, con sus bajas murallas,
ni hermosa en cierto modo, ni pintoresca con torres y bastiones;
absolutamente nada que consolase de su desnudez,que recordase
las cosas dulces de la vida. Y, sin embargo, como la noche anterior
desde el fondo de la garganta, Drogo la miraba hipnotizado y en su corazón
entraba una inexplicable excitación.
Toda la novela tiene un aire kafkiano: esa fortaleza que aparentemente nadie conoce ,ese camino interminable hasta encontrarla, ese aparecer y desaparecer en el paisaje, las descripciones de la misma con esos pasillos y escaleras interminables recuerdan al Castillo o a los vericuetos llenos de legajos de el Proceso, incluso el mismo concepto de los tártaros que nunca llegan como nunca llega el permiso del agrimensor o el juicio de "K".
¿ Por qué rápidamente se vacian las calles y las plazas
y todos regresan a sus casas pensativos?
Porqué anocheció y los bárbaros no llegaron.
Y unos vinieron desde las fronteras
y dijeron que los bárbaros ya no existen.
Y ahora qué será de nosotros sin bárbaros.
Los hombres esos eran una cierta solución.
Fragmento final del poema "Esperando a los Bárbaros" de Constantino Cavafis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario