lunes, 4 de noviembre de 2013

La banalidad del mal. Hanna Arendt



La expresión banalidad del mal fue acuñada por la pensadora alemana Hannah Arendt en su libro Eichmann en Jerusalén, cuyo subtítulo es Un informe sobre la banalidad del mal.
En 1961, tras ser capturado en Argentina por los servicios secretos de Israel, tuvo lugar el juicio a Adolf Eichmann por genocidio contra el pueblo judio durante la Segunda Guerra mundial. El juicio estuvo envuelto en una gran polémica y muchas controversias. Casi todos los periódicos del mundo enviaron periodistas para cubrir las sesiones, que fueron realizadas de forma pública por el gobierno israelí. Una de las corresponsales presentes, como enviada de la revista The New Yorker era Hannah Arendt.
Según Arendt, Adolf Eichmann no poseía una trayectoria o características antisemitas  y no presentaba los rasgos de una persona con carácter retorcido o mentalmente enferma. Actuó como actuó simplemente por deseo de ascender en su carrera profesional y sus actos fueron un resultado del cumplimiento de órdenes de superiores. Era un simple burócrata que cumplía órdenes sin reflexionar sobre sus consecuencias. Para Eichmann, todo era realizado con celo y eficiencia, y no había en él un sentimiento de «bien» o «mal» en sus actos.
Para Arendt, Eichmann no era el «monstruo», el «pozo de maldad» que era considerado por la mayor parte de la prensa. Aunque sus actos no eran disculpables, ni él inocente, estos actos no fueron realizados porque Eichmann estuviese dotado de una inmensa capacidad para la crueldad, sino por ser un burócrata, un operario dentro de un sistema basado en los actos de exterminio.
Sobre este análisis Arendt acuñó la expresión «banalidad del mal» para expresar que algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre ellos. No se preocupan por sus consecuencias, sólo por el cumplimiento de las órdenes. La tortura, la ejecución de seres humanos o la práctica de actos «malvados» no son considerados a partir de sus efectos o de su resultado final, con tal que las órdenes para ejecutarlos provengan de estamentos superiores.

Tengo que reconocer que no tenía ni idea de quien era Hannah Arendt hasta que se estrenó la película de Margarethe Von Trotta. A partir de ese estreno he leído algunos comentarios y artículos sobre la personalidad de esta pensadora alemana y las reacciones que provocó la publicación de su libro . Fueron estos artículos, unidos al hecho de que recuerdo a la directora formando parte del denominado Nuevo cine alemán de los años 70, ligada a nombres como Fassbinder, lo que me llevó a ver esta película que se centra precisamente en su presencia en el  juicio y las reacciones ante  la publicación de sus artículos en The New Yorker y el libro antes mencionado.


-La película retrata al personaje entre 1961 y 1964, cuando Hanna se ofrece a The New Yorker para cubrir el juicio de Eichmann. Hanna se da cuenta de que este es un tipo absolutamente mediocre, incapaz de pensar por si mismo, que se limitó a obedecer órdenes. Esta opinión la plasma en sus crónicas sobre el juicio y da lugar a su teoría de la banalidad del mal, donde manifiesta también que en su opinión algunos jefes judíos de secciones se mostraron colaboradores de los nazis. Con la excepción de su marido, su mejor amiga y sus alumnos, se encontró con la oposición de todo el mundo que la acosó y amenazó.

No cabe duda de que la película interesa no solo como exposición de esas ideas y de la intolerancia semita ante cualquier postura que cuestione las suyas sino también por la interpretación de Barbara Sukowa , habitual colaboradora de la directora y de Fassbinder. No obstante, como narración se hace un poco pesada, al tener un carácter biográfico más propio de un documental. 

Sobre este tema, como digo, se han publicado numerosos artículos a raíz del estreno de la película. Por si estáis interesados, incluyo cuatro enlaces a otros tantos artículos en El Pais



2 comentarios:

  1. Muy interesante película, altamente recomendable , de las que dejan un posi profundo y crecen y crecen una vez vista. Yo la vi dos veces!!

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