El plan es una obra de teatro que se estrenó en 2015 en el desaparecido "La pensión de las pulgas", de donde pasó al Teatro Kamikaze y después al Marquina. Escrita y dirigida por Ignasi Vidal, supuso todo un revuelo en el off madrileño.
Polo Menarguez, el director de la película, comenta que ha venido explorando durante su corta carrera, a través de diferentes cortos, las realidades de personajes que andan encerrados en sí mismos, custodiados por sus propios demonios y en atmósferas claustrofóbicas. Personajes, hombres, o mujeres afectadas por hombres, a los que les afectaba la realidad de su identidad masculina. Para él, El plan retrata ese abanico de masculinidades en las que la mujer actúa como un personaje fuera de campo. Es una mirada hacia quién es o qué hace el hombre cuando la mujer no está.
Tres amigos desempleados se encuentran en el piso de uno de ellos para ir a reunirse con unos compañeros y llevar a cabo un plan. Esperan a que se arregle la avería de un coche. Pero los imprevistos se suceden y para complicar aún más las cosas, diversos secretos salen a la luz con consecuencias imprevisibles.
La película evidencia su origen teatral. Prácticamente todo se desarrolla en el interior de un piso, salvo una breve salida al exterior, pero lo cierto es que la planificación, muy cuidada, va haciendo que paulatinamente los espectadores se vayan sintiendo más cercanos a los personajes. Dice su director que tuvo la idea de trabajar con diferentes objetivos en cada acto de la película. En el primer acto con teleobjetivos, más lejos de los actores, en el segundo acto con objetivos de focal media y en el último con angulares, acercando mucho la cámara a las caras. En cualquier caso el origen teatral no tiene porqué marcar negativamente una película. Existen numerosas pruebas de ello.
Lo que si es importante es la interpretación. En este caso los tres actores están muy bien. Antonio de la Torre, Raúl Arévalo (hacía tiempo que no le veía tan bien) y Chema del Barco, el único que la interpretó en el teatro, dotan a sus personajes de humanidad y buen hacer y hacen que nos creamos un texto que resulta un tanto tramposo. Empezando por el juego de hacernos pensar en que lo que planean tiene un componente de peligro y, quizá, delictivo. De todas formas la historia está bien construida, con buenos diálogos, muy naturales, aunque se intuye el giro final
En lo que es, básicamente, una historia de perdedores, encontramos unos personajes arrinconados socialmente a causa de la crisis, un costumbrismo de bromas de hombres en un bar, para en su giro final llevarnos a un terreno muy diferente. Aunque la que podría ser su tesis final sea un tanto discutible.
Una comedia que evoluciona hacia el drama e incluso la tragedia, muy bien interpretada con unos personajes un tanto angustiados por la crisis, el paro y la vida en pareja.
La seguí con interés a lo largo de su, por una vez, corta duración.
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