miércoles, 15 de enero de 2020

Cine: RICHARD JEWELL


Desde que en 2003 dirigió Mystic River, Clint Eastwood ha seguido dirigiendo películas a un ritmo de casi una por año. Entre ellas ha habido de todo, mejores y peores, pero no se puede negar su habilidad para contar historias, en muchos casos centradas en personajes un tanto aislados del resto de la sociedad, héroes anónimos que quizá vienen a representar una frase de uno de sus personajes, J.Edgar (2011): El individuo es la base de la democracia.

 En los últimos títulos hemos visto a un octogenario solitario, tres soldados impidiendo un atentado, un piloto que evita un accidente, un francotirador, uno de los hombres más temidos de los EEUU, un lider surafricano que utilizo el rugby para tratar de acabar con el apartheid, un veterano individualista y, en muchos casos, una crítica al sistema que coarta la libertad individual. En este caso vemos como la actuación más que correcta de un guardia de seguridad que evita que un atentado cause cientos de víctimas, le acabe convirtiendo en sospechoso solo porque se trata de una persona un tanto peculiar, un bicho raro.

A partir de un amplio artículo publicado en Vanity Fair por Marie Brenner, el guionista Billy Ray ha construido un guion inteligente y eficaz, aunque cargue demasiado las tintas en los personajes negativos. 


Richard Jewell era un guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. En la noche del 27 de julio descubrió una mochila con explosivos en su interior y evitó un número mayor de víctimas al ayudar a evacuar el área poco antes de que se produjera el estallido. En un principio se le presentó como un héroe cuya intervención salvó vidas, pero a los pocos dias, Jewell pasó a ser considerado el sospechoso número uno y fue investigado como presunto culpable. Tuvieron que pasar muchos años para que se limpiara su nombre al descubrir al verdadero culpable.

La historia está bien contada, Pese a que sabemos que Jewell es inocente, seguimos con interés la situación de acoso mediático y la manipulación del FBI. El para mi desconocido Paul Walter Hauser interpreta a Richard Jewell con el que tiene un indudable parecido, y lo hace muy bien. Como también Sam Rockwell un gran secundario al que hemos visto en El vicio del poder, como George Bush y en Tres anuncios en las afueras, título por el que ganó un merecido Oscar como secundario. Y la veterana y siempre eficaz Kathie Bates como la madre de Jewell, papel por el que ha sido nominada para los Globos y los Oscar. Jon Hamm y Olivia Wilde aportan credibilidad a sus personajes, claramente los malos de la película.

En resumen, una buena película, sin alardes.



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