jueves, 5 de septiembre de 2019

Teatro: PARQUE LEZAMA


Adaptada y dirigida por Juan José Campanella, director de películas tan populares como El hijo de la novia, El secreto de sus ojos y la reciente, El cuento de las comadrejas se presenta esta comedia del norteamericano Herb Gardner. Un  autor de comedias con personajes excéntricos, por lo general identificados con el espíritu neoyorquino, que mezclaban ingenio y atractivo personal. Su comedia más conocida es Mil payasos cuya versión cinematográfica obtuvo cuatro nominaciones a los Óscar. El título original de esta comedia es Yo no soy Rappaport. Se estrenó en Broadway en los 80 y ganó un premio Tony. En el original sus personajes principales son un negro y un blanco. Fue llevada al cine con Walter Matthau y Ossie Davis y dirigida por el autor. Pasó inadvertida.





La comedia cuenta el encuentro y la improbable amistad de un histórico militante del partido Comunista y un eterno seguidor del «no te metas». Sus charlas llenas de sonrisas, ternura y emoción, y los conflictos con personajes del parque y sus propias familias, abordan la soledad en la tercera edad, las relaciones familiares, el amor, las urgencias sentimentales, los ideales y la desilusión…

La obra nos presenta a través de dos personajes entrañables, dos formas de vivir la vida, el siempre vigente conflicto rebelión contra conformismo. Encontramos un personaje que aún confía en cambiar las cosas frente a otro que prefiere permanecer invisible, un inconformista y rebelde frente a un acomodaticio que prefiere pasar inadvertido. Un viejo que cuenta aventuras disparatadas sobre su existencia, dice haber sido militante comunista y agente secreto, que quiere arreglar el mundo combatiendo, como un moderno Quijote, las injusticias y los jóvenes delincuentes y defender a las mujeres del acoso del mundo actual. Al otro su temperamento le lleva  a no meterse en asuntos delicados y su preocupación principal es que la pérdida de la vista lo amenaza con quedarse sin trabajo en un edificio donde hace arreglos. Las discusiones entre ambos  y, sobre todo, las dificultades en que el primero de ellos mete al segundo, provocan situaciones divertidas y tiernas, apoyadas sobre todo en las interpretaciones de Luis Brandoni y Eduardo Blanco. 

Dice Campanella que el humor y la ternura de estos personajes, en conflicto consigo mismos, despertaron su interés y el deseo de trasladarla del Central Park de Nueva York a Parque Lezama, en Buenos Aires. Y que la obra se convirtió en la principal influencia en muchas de sus películas.

Lo cierto es que la obra se apoya fundamentalmente en sus dos actores principales, que se nos muestran tan entrañables como sus personajes. Pero sus conflictos con el resto de personajes son presentados de forma amable y superficial, muy adecuada para un público que no quiere sentirse incómodo con lo que presencia. Domina el humor sobre el conflicto. Y, en mi opinión, varias situaciones se alargan demasiado. En su adaptación Campanella ha tratado de desplazar lo que para mi es el aspecto social de lo que se plantea, a un ámbito más político con las menciones al pasado comunista de un personaje y la inclusión de la "Internacional" como fondo musical. De acuerdo en que todo lo social es político, pero creo que es innecesario este subrayado. 

En la representación a la que asistí, el publico, puesto en pie, ovacionó durante minutos a los actores. Luis Brandoni y Eduardo Blanco están muy por encima de la calidad del texto. También merece ser destacada la puesta en escena, sobre todo la iluminación que nos marca el paso del tiempo. Les auguro una larga temporada de éxito.



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