martes, 2 de julio de 2019

Cine: UN ATARDECER EN LA TOSCANA


A pesar de que la acción se sitúa en Italia, se trata de una película polaca que consiguió en el festival de cine de Sundance el Premio especial del jurado y el de mejor interprete femenina. Está dirigida por Jacek Borcuch, actor y director al que no conozco. Tengo la sensación de que el sentido del título español no se corresponde adecuadamente con el del original, "Dolce fine giornata". Parece que se ha buscado más el atractivo de la Toscana, donde transcurre la historia y el recuerdo de la trilogía de Linklater.



Marie Linde (Krystyna Janda), una poeta polaca de origen judío que acaba de ganar el Premio Nobel, vive junto a su familia en la Toscana y mantiene una relación sentimental secreta con un egipcio dueño de un hotel de playa cercano. Un atentado terrorista sacude Roma pero Marie se niega a ceder ante la histeria que se ha generado a su alrededor, como también al sentimiento en contra de la inmigración que parece dominar. Al recibir un premio local pronuncia un discurso acerca de la denostada democracia europea que crea un auténtico caos a nivel personal y social. 

A partir del personaje de María, se nos narra el drama personal y familiar de una intelectual libre e independiente que decide tomar partido tras una situación límite, con una reflexión moral sobre Europa y los nacionalismos y los miedos de Occidente a la inmigración y el terrorismo. Un tema tan interesante como atractivo pero que, en mi opinión, no consigue trascender aunque sí provocar una reflexión sobre el mundo en que vivimos. Puede que esto se deba a que el discurso de María puede parecer excesivo y no resulta sencillo identificarse con su actitud intransigente, pese a que, al menos en mi caso, existe una notable coincidencia con su planteamiento.

Evidentemente el hecho de que el personaje sea complicado y contradictorio contribuye al interés dramático de la historia. Considero interesante la opinión del director sobre su personaje: "Aparenta ser fuerte y decidida pero en su interior reina la incertidumbre. El espectador cree que ella sabe responder adecuadamente a cada situación, pero yo creo que no es cierto. Nadie tiene un conocimiento universal e infalible sobre qué hacer. A veces, la reacción inicial es emocional y rebelde, y la razón viene después. Le di a María el derecho de expresarse libremente; no tenía nada planeado para ella ni para la película".

Quizá todo esto lastra una película que, por la importancia de su tema, debería desarrollarse con menos ambigüedad en su desarrollo dramático. Su mensaje fundamental, la defensa de los valores de la vieja Europa al mismo tiempo que alerta sobre los errores frente la inmigración y la resurrección de los fascismos parece que se diluye entre simbolismos. Interesante en cualquier caso.




No hay comentarios:

Publicar un comentario