Hace ya cincuenta y cinco años que los hermanos Vittorio y PaoloTaviani debutaron en el mundo del largometraje con Hay que quemar a un hombre, una película con un fuerte contenido social y político y cuarenta desde que con Padre padrone ganaron la Palma de oro en el festival de Cannes. Unos años en los que han estado frecuentemente presentes en festivales y han realizado un cine politicamente comprometido aunque no muy comercial. Su película anterior, Cesar debe morir (2012) fue una especie de documental sobre un taller teatral en la cárcel romana de Rebibbia que ensaya con los presos obras de Shakespeare. Los ensayos y la representación final del "Julio César" se alternaban con la vida cotidiana de los reclusos. Notable. Bastante cerca ya de los noventa años, han producido esta película sobre algunos cuentos del Decameron y tienen prevista una nueva.
Todos recordamos la obra de Boccaccio Decameron. En la Florencia azotada por la Peste Negra a mediados del siglo XIV, diez jóvenes se refugian en el campo y pasan el tiempo contando breves historias. En la selección de cinco de esos relatos que hacen los Taviani, sean trágicos o ingeniosos, eróticos o grotescos, todos los relatos tienen un único protagonista, el amor en sus múltiples formas. Y el amor acabará siendo, para estos jóvenes, el mejor antídoto contra el sufrimiento y las incertidumbres de la época.
Apoyada en una fotografía que reproduce las imágenes de la pintura de la época y los espléndidos paisajes toscanos, la película nos presenta, tras un buen prólogo en que nos sitúa en la angustiosa situación de la ciudad asolada por la peste y la reacción de los jóvenes recluyéndose en el campo, cinco de los relatos de Boccaccio. Todo está bien narrado pero, sea por la selección de relatos, la falta de sorpresa en su resolución, la excesiva contención y academicismo de la puesta en escena o el recuerdo de la película de Pasolini de hace cuarenta años, el caso es que todo aparece como frio y distante, sin emoción. Y me hace pensar que esta nueva aproximación a la obra del renacimiento era innecesaria.
Hablan los autores de una metáfora donde comparan la plaga de peste con la situación actual, paro juvenil, guerras y violencia y que los jovenes dejan la ciudad y se refugian en un lugar donde vuelven a la naturaleza y crean un nuevo orden que les libera de ese horror. Quizá. Pero al menos a mi no me lo transmiten.
Parece que la idea inicial fue hacer una serie de TV sobre diferentes cuentos del Decameron. Finalmente el proyecto se redujo a esta película, estéticamente muy bella pero falta de contenido.
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