LA AMISTAD (Los ensayos de M. Montaigne)
El afecto que Montaigne compartió con Etienne de la Boetíe, escritor francés y poeta, (1530-1563), quedó plasmado en el ensayo titulado por Montaigne como "De la amistad" publicado en 1580. Se conocieron por un texto de La Boetíe titulado "Discurso de la servidumbre voluntaria o contra uno".
Como consecuencia del interés que suscitó en "El Señor de la montaña", nombre con el que se conoció a Montaigne, se buscaron y encontraron, iniciando así una relación de profunda amistad, creando un vínculo que solo se rompió con la muerte de La Boetíe.
El ensayo de Montaigne hace hincapié en la intervención del destino en el establecimiento de la amistad; porque la amistad es diferente de las demás relaciones humanas, porque es indestructible su definición e importancia. También detalla las diferentes formas de la amistad y el amor. Montaigne distingue cuatro tipos de relaciones entre los humanos: naturales, sociales, entre anfitriones y amorosas,
Montaigne afirma que las relaciones entre hijos y padres están fundadas en el respeto y por tanto excluye de ellas a la amistad. Esta, dice, que nace y crece por la comunicación, la cual no puede darse entre padres e hijos debido a la disparidad que entre ellos existe y además chocaría con los deberes naturales de los progenitores, Porque "ni pueden comunicarse a los hijos todos los pensamientos secretos de los padres, para no crear una intimidad indecorosa, ni las advertencias y correcciones, que constituyen uno de los primeros deberes de la a mistad",
En cuanto al matrimonio, Montaigne dice que es un contrato en el cual solo la entrada es libre, la duración es obligada y forzosa: "es un contrato que suele establecerse con vistas a otros fines. En la amistad, en cambio, no existe otro asunto ni negocio que el de ella misma".
La relación de amistad en las mujeres, para Montaigne, es insostenible, pues argumenta que "la capacidad habitual de las mujeres no llega a la altura del diálogo y la comunicación que nutre este santo lazo, ni su alma parece lo bastante firme para sostener la presión de un nudo tan apretado y duradero. Pero este sexo todavía no ha podido alcanzar una amistad más plena y más cumplida, con ningún ejemplo, siendo así que ya el acuerdo general de las escuelas antiguas lo excluye de ella"
Montaigne afirma que "Por lo demás, lo que solemos llamar amigos y amistades no son más que relaciones y familiaridades entabladas por alguna ocasión o ventaja a cuyo propósito nuestras almas se unen, En la amistad que yo hablo, se mezclan y confunden entre sí con una mixtura tan completa que borran y no vuelven a encontrar ya la costura que las ha unido. Si me instan a decir por qué le quería, siento que no puede expresarse más que respondiendo: porque era él, porque era yo".
Montaigne cita en su ensayo varios ejemplos de amistad llevados a un límite extraordinario:
"Cuando el filósofo Diógenes necesitaba dinero no decía que lo pedía a los amigos, sino que lo exigía".
"Hay hechos que me llevan a honrar de forma extraordunaria la respuesta de un joven soldado a Ciro, rey de los persas: al preguntarle éste por cuanto cedería un caballo con el que acababa de ganar el premio de una carrera, y si lo querría cambiar por un reino, le dijo: ciertamente no, Majestad, pero sí lo entregaría de buena gana por adquirir un amigo, si hallara a alguien digno de semejante compromiso."
Emilio González Cuenca.
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