lunes, 27 de abril de 2015

Cine: Sexo fácil, películas tristes


Coproducción hispano argentina, dirigida por el argentino Alejo Flah que es también autor del guión. Es la segunda película larga del director. Presente en el Festival de cine español de Málaga, donde Ernesto Alterio, uno de los protagonistas, ha ganado el premio al mejor actor. 



Marina (Marta Etura) y Víctor (Quim Gutiérrez) son jóvenes, solteros, guapos y se atraen profundamente. No tardarán en darse cuenta de que están hechos el uno para el otro.
Sólo existe un pequeño problema: Víctor y Marina son, en realidad, personajes de ficción creados por Pablo (Ernesto Alterio), un guionista en plena crisis sentimental al que han encargado escribir una comedia romántica.

La cuestión es: ¿será capaz de escribir una historia de amor cuando su amor está en crisis?

Lo cierto es que se trata de una película con una enorme sensación de ya vista. La historia de Marina y Victor es la típica de encuentros y desencuentros, mientras que la de Pablo es la del final de una relación. El poco interés de la película, reside en la alternancia de las dos historias, la de ficción y la real del guionista, con sus dificultades para llegar a un final feliz cuando él se siente infeliz.  Recuerda el director una frase de Billy Wilder sobre la escritura: siempre escribir en antítesis a los estados anímicos (la comedia en los períodos depresivos, el drama en los momentos alegres).

Aparte de la forma de narrar, el interés de la película está en sus intérpretes. Sobre todo Ernesto Alterio  en uno de esos personajes de perdedor que se le dan muy bien, la sonrisa de Marta Etura y la seriedad de Carlos Areces. Todos ellos, junto a Quim Gutierrez en papeles sin un ápice de originalidad.

Pero en conjunto se trata de una película anodina, insignificante, falta de conflicto. Intrascendente y entretenida. 



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