miércoles, 17 de diciembre de 2014

LOS LIBROS DEL SEGUNDO TRIMESTRE

Marisa nos ha dado un avance de lo que leeremos el trimestre próximo, después de El arte de amar de Eric Fromm e Intemperie de Jesús Carrasco, que han quedado pendientes en el primer trimestre, aunque nos ha advertido para que todavía no los compremos pues tiene que comprobar que no están descatalogados. Tampoco nos ha dado las ediciones que sugiere, por lo que las que figuran en esta entrada son algunas de las posibles.
Estos son los libros:


Carlos Fuentes, Pantallas de plata.
Esta es la historia de una relación personal con el cine. Carlos Fuentes cuenta cómo fueron sus primeros acercamientos a las salas cinematográficas, de la mano de su padre, su consecuente deslumbramiento ante las imágenes en movimiento en la pantalla de plata, y su ulterior e incurable afición al cine.

El autor tuvo oportunidad de ver películas en un buen número de países a ambos lados del Atlántico, de conocer a grandes directores y célebres actores y actrices, de escribir guiones y ver llevadas al celuloide obras que él escribió, de ser jurado en festivales famosos e, incluso, de actuar.

De todo ello deriva una experiencia única que aquí narra en términos absolutamente confesionales y buena parte del tiempo en primera persona. Sus preferencias y gustos, sus obsesiones, su interpretación de obras, actitudes, tendencias, estilos: todo eso y más se encuentra escrito de manera más narrativa que ensayística.

Esta obra, tal y como la dejó escrita el autor, es un regalo para sus lectores, y en especial para aquellos que disfrutan del buen cine de todos los tiempos.

Toni Morrison, Una bendición

En la Norteamérica sureña y colonial de finales del siglo XVII, una mujer negra entrega como prenda a Florens, su hija de ocho años, para salvarla de su cruel y violento amo. Pero este sutil acto de misericordia será difícil de entender para la pequeña, quien crece en una plantación de azúcar al cuidado de otras esclavas y se hace mujer intentando exorcizar, sin éxito, el abandono al que la condenó su propia madre. 





Adolfo Bioy Casares, La invencion de Morel

Un fugitivo acosado por la justicia llega en un bote de remos a una isla desierta sobre la que se alzan algunas construcciones abandonadas. Pero un día, ese hombre solitario siente que ya no lo es, porque en la isla han aparecido otros seres humanos. los observa, los espía, sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones. Ése es el punto de partida del misterio, del tránsito continuo de la realidad a la alucinación, que poco a poco lleva al fugitivo hasta el esclarecimiento de todos los enigmas.Este libro puede compararse, por derecho propio, con los relatos más perfectos de Edgar Allan Poe. Su trama ingeniosa, sabiamente desplegada y, sobre todo, la admirable originalidad de la idea en torno a la cual gira la acción, han convertido a La invención de Morel en una de las obras maestras indiscutibles de la literatura fantástica. 

Juan Goytisolo, Belleza sin ley
«Cada relectura, conforme ascendemos al cenit de la vida y luego descendemos de él, descubre lo que no supimos ver en nuestra lectura anterior, y si el lapso transcurrido es de medio siglo, la diferencia entre lo leído y releído es proporcionalmente mayor. Lo que la obra dijo al joven que fui no interesa al viejo y curtido lector. Nuestro yo ha cambiado y por eso leemos un libro nuevo.» Desde esta concepción creativa de la relectura, Juan Goytisolo ofrece en Belleza sin ley un conjunto de esclarecedores ensayos sobre obras y autores que forman lo que él llama el árbol frondoso de la literatura.

Libro de madurez y de sabiduría lectora, en él Goytisolo propone aproximaciones inéditas a escritores como Schmidt, Broch, Bulgákov, Gógol o Biely, analiza la relación entre vida y literatura de autores como Céline y Quevedo, elogia la actitud ética de un Cernuda, repasa las relaciones entre literatura y poder comparando la persecución inquisitorial con las prácticas estalinianas en los casos de Bábel y Mandelstam, recupera a autores clásicos como el Diderot de Jacques el fatalista, o se detiene en libros de sus contemporáneos como Sánchez Robayna o Ridao.

De todo ello se destila un sugerente conjunto que enlaza con esa larga trayectoria ensayística que ha acompañado desde el principio la obra literaria de Goytisolo, y que constituye una concepción comprometida y rigurosa de ese bosque de las letras por el que, con su obra, él nos ha ayudado a transitar.
Jorge Edwards, La muerte de Montaigne

En 1588, en vísperas de la turbulenta llegada al trono francés de Enrique IV de Navarra, cuando sigue fresca en la memoria la noche de San Bartolomé y las guerras entre católicos y protestantes tiñen de sangre Europa, Michel de Montaigne, que es ya un filósofo respetado, conoce en París a una joven admiradora de su obra, Marie de Gournay. Y Montaigne, que tiene por entonces cincuenta y cinco años y está «bien casado», inicia una misteriosa relación con la exaltada Marie, a la que convierte en «hija de adopción». Para reconstruir esa pasión crepuscular, Jorge Edwards rastrea al Montaigne público y privado, explora su relación con las mujeres, su preparación para la muerte, va dibujando al hombre político, diplomático, al pensador sensato y antidogmático, y al sabio pero también travieso autor de los Ensayos. Y mientras aplica la lección vital de Montaigne a su propia realidad, la de la infancia y la actual, Edwards ilumina los aspectos más relevantes, curiosos, a menudo sensuales y, sobre todo, modernos del –ahora ya plenamente– novelesco personaje. 




Felices fiestas a todos los que seguís este blog.

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