Además de Demasiada felicidad de Alice Munro, estos son los libros para el segundo trimestre:
El difunto Matias Pascal, de Luigi Pirandello.
Hay varias ediciones (Nórdica, 2008, Losada, 2012 y Cátedra, 2010 que parece que es el más económico)
Publicada en 1904, El difunto Matías Pascal supuso un giro en la narración costumbrista de la época y anticipó un tipo de relato en el que lo fundamental es el estudio psicológico del personaje, lo que luego sería una norma continua en el teatro de Pirandello. Un día Matías Pascal se va a Montecarlo huyendo de sus circunsta
Tu y yo, de Nicolo Ammaniti
Ed. Anagrama
Encerrado en el sótano para pasar su semana de vacaciones lejos de todos, un introvertido adolescente de catorce años se dispone a vivir su sueño solipsista de felicidad: sin conflictos, sin molestos compañeros de escuela, sin comedias ni ficciones. El mundo, con sus reglas incomprensibles, ha quedado al otro lado de la puerta. Hasta que un día su hermana, nueve años mayor que él, irrumpe en su búnker llena de vitalidad y lo obliga a quitarse la máscara de adolescente difícil y a aceptar el juego caótico de la vida exterior. Una excepcional novela de formación que nos presenta una desgarradora visión de ese mundo adolescente.
«Es un libro bellísimo, un relato perfecto. Doloroso y conmovedor» (Francesco Piccolo, l’Unità).
Vidas minúsculas, de Pierre Michon
Ed. Anagrama
el asunto secreto de Vidas minúsculas podía formularse en esta pregunta: «¿Por qué causas, de qué manera un hombre se convierte en escritor?» Es decir: ¿por qué, casi a sus cuarenta años y en el trance de escribir su primer libro, Michon se ve obligado a mirar atrás y reconstruir su vida en el espejo de las humildes vidas ajenas, de esas existencias de provincia cuyo destino encierra toda la estupidez y toda la grandeza de la condición humana? ¿Por qué, a las puertas del siglo XXI, un escritor francés debe arbolar una genealogía íntima que lo remonta a un mundo rural, pobre y doméstico que hundió sus raíces hace ya muchas generaciones? ¿Es este libro, minúsculo y grandioso, el fruto duro y dulce de un árbol centenario? Sí, puede que estas preguntas sirvan de pórtico para Vidas minúsculas. Pero sólo el gran talento de Michon podía responder a ellas con un libro tan contundente e inolvidable como éste.
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