miércoles, 4 de diciembre de 2019

Cine: LA ODISEA DE LOS GILES


Nueva coproducción hispano argentina dirigida por Sebastian Borensztein del que ya hemos podido ver otras dos coproducciones, Un cuento chino y Capitán Koblic. Parece que este director tiene algo especial que facilita la entrada de capital español en el proyecto, o quizá es, simplemente, la presencia de Ricardo Darín encabezando el reparto. El caso es que, pese a tratarse de una coproducción, la película es totalmente argentina por tema, lugar de la acción y los actores. 

Es una adaptación de la novela La noche de la usina, premio Alfaguara 2016, escrita por Eduardo Sacheri. Este autor lo es también de la novela La pregunta de sus ojos y coautor del guion de su adaptación al cine por Juan José Campanella en El secreto de sus ojos.

Se presentó en el festival de San Sebastián. En Argentina ha sido un gran éxito y ha sido seleccionada como candidata de este país para el Oscar





Como nos anuncia el personaje de Ricardo Darín en el trailer, en Argentina, el término “gil” se refiere a una persona buena, ingenua y a la vez un poco incauta, como el grupo de vecinos de una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires que, a finales de 2001, decide reflotar una vieja cooperativa agrícola. Cada uno pone sus ahorros para levantar el proyecto, una idea en la que se ha empeñado de una manera muy especial Fermín Perlassi (Ricardo Darín), una antigua estrella del fútbol local.


Al descubrir que sus ahorros se han perdido por una estafa realizada por un poco escrupuloso abogado y un gerente de banco que contaban con información de lo que se iba a desencadenar en el país, "el corralito", este grupo de vecinos decide organizarse y armar un minucioso plan con el objetivo de recuperar lo que les pertenece.

En el año 2001, Argentina sufrió un colapso económico y financiero que arrastró a la ruina y a la desesperación a millones de personas. Dice el director que en este contexto, que un grupo de personas de diferentes clases sociales se organice con el objetivo de recuperar su sueño y ejecutar un plan para el que no están  capacitados, es una fantasía absoluta. Algo deseable pero improbable en la vida real. 

Lo que podía haber sido una película comprometida social y políticamente es tratado como una comedia en la linea de La cuadrilla de los once o la serie de Ocean's eleven. Los villanos son un abogado y un gerenta de banco que se aprovechan de una situación y todo queda reducido a un atraco perfecto para recuperar lo perdido. No se entra en el fondo económico y político del "corralito" ni en lo que significó para millones de personas.

Vista como comedia la película está bien. Claramente dividida en tres partes, destaca la primera, con la presentación de los personajes, algo que hace con mucho ritmo y sentido del humor. Las dos restantes pierden ritmo y fuerza, resultando algo reiterativas pero se mantiene el interés, sobre todo por las interpretaciones entre las que destacan, como no, las de Ricardo Darín y Luis Brandoni, aunque lo cierto es que todos muestran la tradicional calidad de los actores argentinos. Tampoco acierta con los villanos, excesivamente caricaturescos. Por cierto que a Brandoni se le puede ver todavía en Parque Lezama en el Teatro Fígaro de Madrid. Y encuentro a sobrar la historia romántica entre Chino Darín (es la primera vez que trabajan juntos padre e hijo) y la secretaria del abogado.

Una comedia simpática y eficaz, un canto a la amistad y a la solidaridad en la que se echa de menos un mayor compromiso y crítica social. Pero esa sería otra película.  

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