lunes, 16 de diciembre de 2019

Cine: LA HIJA DE UN LADRÓN


Procedente de la ESCAC (escuela superior de cine y audiovisuales de Cataluña), Belén Funes ha sido ayudante de dirección de otra directora catalana, Mar Coll (Tres dias con la familia, 2009) y es autora de dos cortos, Sara a la fuga y La inutil. La hija de un ladrón es su primer largometraje. 

Estuvo entre lo más destacado en el pasado Festival de San Sebastián, donde Greta Fernández ganó la Concha de plata a la mejor actriz, Esta actriz ha sido nominada por este papel para los premios más importantes del cine español y la hemos podido ver en varias películas de éxito en los últimos años (Truman, No se decir adiós, Elisa y Marcela...). Es la primera vez que actúa junto a su padre, Eduard Fernández.



Sara ha estado sola toda su vida. Con 22 años y un bebé de seis meses, Sara tiene muy claro lo que quiere: trabajar, recuperar a su pareja y formar una familia normal con su hermano pequeño y el padre de su hijo. Lo único que le impide conseguirlo es su padre quien, tras años de ausencia y una larga estancia en la cárcel, decide reaparecer en la vida de su hija. 

Cuenta la directora que cuando rodaba un proyecto con internos de la prisión de Barcelona uno de los presos le explicó que tenía una hija de 17 años viviendo en un centro de acogida de menores ya que, al estar preso no podía hacerse cargo de ella y los servicios sociales se habían hecho cargo. Cuando cumpliera los 18 no podría seguir viviendo en el centro y tendría que buscar otro lugar para vivir. Después le confesó que su hija le odiaba. Esta hija se convirtió para la directora en una especie de heroína moderna, nunca formaría parte de la gente normal: de aquellos que tienen un hogar, una familia y un trabajo. vivir sola y sin referentes, salir a delante sin el amor verdadero de nadie y crecer entre asistentes sociales y abogados decidiendo qué va a ser de ti.

Esta historia le sirvió de inspiración para hacer su primer cortometraje, Sara a la Fuga, y que este largo se convirtiera en una especie de segunda parte en la vida de aquel personaje. Había un material muy valioso para hablar de la familia y del daño irreparable que los padres ejercen sobre los hijos, pero también para hacer un retrato social de la España actual. Sara, lucha para cambiar su vida y conseguir un futuro mejor para su bebé y su hermano pequeño.  En los barrios obreros de las grandes ciudades, la gente lucha por prosperar mínimamente aunque la realidad es que el sueño de una vida sencilla se convierte en algo inalcanzable. 

Todo esto lo cuenta Belén con su cámara, siguiendo a su personaje a lo largo de las diversas situaciones de la película. Y lo cuenta bien. Un cine social, a la manera de un Ken Loach o los hermanos Dardenne, con unos personajes bien construidos e interpretados con naturalidad, totalmente creíbles. Y algunas situaciones de gran realismo. Sin embargo, eché en falta algo en su desarrollo, no sé el que, que me impidió entrar totalmente en la historia. Y es una pena porque me interesó y me parece una buena experiencia. 

Greta Fernández me gustó mucho, pero el que está superior, como es habitual en él, es Eduard, su padre en la realidad y en la ficción, que sabe mantenerse al margen pero que en todas sus escenas demuestra su calidad. También destaca Tomás Martín como el hermano rebelde. 

Otra buena película española en un año en el que nuestro cine sigue ofreciéndonos muestras muy notables.







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