jueves, 21 de marzo de 2019

Cine: MULA


Cuando Leo Sharp, un anciano de cerca de noventa años, fue detenido por la DEA en 2011 transportando más de cien kilos de droga en su camioneta se estaba poniendo fin a una carrera de transportista que duraba ya años. En efecto Leo Sharp había estado transportando droga hasta la ciudad de Detroit para el cártel de Sinaloa lo que le había convertido en el más valioso de sus transportistas, un mensajero legendario gracias a su inexplicable habilidad para lograr que cientos de kilos de cocaína circulasen con alegría ante las narices de los agentes antidroga. Su juicio y posterior condena a tres años de prisión y tres de condicional fue publicada por el New York Times y aprovechada por el guionista de Gran Torino, Nick Schnek para desarrollar un guion que se convirtiría en Mula, la última, por ahora, película de Clint Eastwood que podría convertirse en su testamento cinematográfico, al menos como actor. Aunque vista su fecundidad, cinco películas en los últimos cinco años, cabe esperar algún nuevo titulo.  







Earl Stone (Clint Eastwood) es un octogenario horticultor que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio. Se le ofrece un trabajo que parece fácil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo inicialmente, Earl se convierte en mula para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar de la investigación de los agentes de la DEA.

Lo que por la sinopsis de su trama parece una historia de acción e intriga es, sin embargo, una historia de sentimientos. Earl se da cuenta de que ha fracasado en su vida familiar, lleva décadas prestando más atención a sus plantas que a su esposa e hija y ve el dinero no solo como solución a sus problemas económicos sino también como medio para recuperar el afecto de los suyos. Dinero fácil, solo tiene que conducir a lo largo del país... Nadie sospecha de un anciano conductor, blanco, veterano de guerra, hábil para evitar cualquier problema con la policía. Un personaje demasiado estereotipado en su relación con latinos, negros, lesbianas y prostitutas. 

Todo más cercano a la comedia que al drama. No hay apenas tensión en la narración, pocas veces sentimos que haya verdadero peligro para Earl pese a que se está moviendo en un entorno sumamente peligroso. Tan solo cuando se ha producido un cambio violento en la jefatura del cártel y Earl abandona el viaje para acompañar a su esposa, se nos transmite una cierta sensación de peligro, pero ya se ocupa el guionista de que los agentes de la DEA sean capaces, justo entonces, de dar con la mula.

Se ha comparado esta película con El gran Torino, y no es extraño ya que son bastantes las coincidencias. Guionista, personaje central anciano, solo y abandonado por la familia... Pero lo que en esa película era tensión y buena construcción de la historia, aquí es blandura y convencionalismo. Queda así una película muy correcta en su realización pero falta, a mi entender, de personalidad, de fuerza. Una historia de redención sentimental. Interesante pero también algo decepcionante por la poca altura del guion.

A destacar la presencia de otros dos veteranos, Dianne Wiest como la esposa de Earl y Andy García. Tambien está Bradley Cooper como agente de la DEA.










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