Yasunari Kawabata -La casa de las bellas durmientes-
Wayne Wang es un director de cine hongkonés, afincado en EEUU, de ejecutoria irregular que alterna películas de autor con otras tremendamente comerciales como "Sucedió en Manhattan", en el año 2007 ganó la Concha de oro del festival de San Sebastián con una buena película intimista "1000 años de oración" donde trataba el distanciamiento que se produce entre un padre chino y su hija cuando éste la visita en EEUU,donde ella se sienta totalmente integrada, seguramente no sería la mejor película del festival de ese año, pero el presidente del jurado era su buen amigo Paul Auster al que Wang ya había adaptado en la película "Smoke" la que yo más aprecio de toda su filmografía, en ella Harvey Keitel escenifica un fantástico monólogo "El cuento de navidad de Auggie Wren" si no lo conoceís os lo recomiendo podéis disfrutarlo en Youtube.
En esta ocasión Wang ha adaptado y estirado en demasía ,un pequeño relato de Javier Marías "Mientras ellas duermen", los cuarenta y cinco minutos respetan bastante el original, a partir de aquí la necesidad de convertirlo en un largometraje desarrollando distintas personalidades a los cuatro personajes, convirtiendo la película en una de intriga que no acaba de cuajar.
Wang convierte a los personajes españoles en japoneses, algo que puede parecer chocante pero no tanto ,la influencia de Yasunari Kawabata y de su novela " La casa de las bellas durmientes" es algo que a mí me parece evidente, el erotismo sutil, la vejez, la violencia soterrada y sobre todo el voyeurismo son temas constantes en la obra de Marías ,sobre todo el voyeurismo que alcanza su punto álgido en la última "Así empieza lo malo"
La acción se desarrolla durante 5 días más un confuso epílogo.Kenji y Aya son un joven matrimonio, novelista él y editora ella que no atraviesan su mejor momento, la musa y la libido están de vacaciones después de haber escrito dos libros prometedores, empiezan a interesarse por una singular pareja, el señor Sahara de más de sesenta años y su acopañante Miki jovencita de apenas veinte años, el matrimonio especula con el tipo de relación que mantienen.
La curiosidad lleva a Kenji a entablar conversación con Sahara, que le hace partícipe de su obsesión por Miki a la que conoce desde niña y a la que filma continuamente mientras duerme con intención de grabarla en su último día, a partir de ese momento el observador Sahara pasa ha ser observado en un doble juego de voyeurismo y los cuatro personajes se van relacionando en una espiral morbosa y agobiante con ribetes sadomasoquistas, todo ello ya muy alejado del relato original y con resultados no muy convincentes.
En el epílogo Wang retoma de alguna manera el espíritu de Marías cuando se muestra la última grabación de la joven recuperando la ambigüedad del cuento ¿ muerta o dormida ?
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