De Victor García León recuerdo una película, Vete de mí, que le proporcionó a Juan Diego el premio de interpretación en San Sebastián y un Goya en 2006. Tengo buen recuerdo de ella. Desde entonces no ha conseguido dirigir mas que una serie de Tele 5.
Selfie se presentó en el pasado Festival de Málaga donde tuvo una buena acogida y obtuvo el premio de la Crítica
Mientras un equipo de rodaje sigue todos sus pasos, para grabar un documental, la vida de Bosco cambia radicalmente cuando su padre, un alto cargo del Gobierno, es detenido y encarcelado acusado de varios delitos económicos. Expulsado de su casa y de su familia –cada uno se va por su lado sin pensar demasiado en los demás-, del master de dirección de empresas, olvidado completamente por su novia en cuanto ésta se entera de lo ocurrido, Bosco deambula obligado a enfrentarse al desconocido mundo real, en busca de un refugio.
El propio director ha definido la película como "una alegoría subnormal de España, en la que un idiota de izquierdas y otro de derechas se pelean por una chica ciega que no sabe lo que quiere ni a dónde va". Lo malo es que en muchos momentos da la sensación de que ni el propio García León tiene claro por donde va. Los primeros minutos son incluso brillantes, amparados en la figura de Santiago Alverú, un debutante que da vida al personaje de Borja. Pero una vez puesto en marcha el relato, se hace reiterativo en su desarrollo quedándose corto en su retrato de esa España a la que pretende criticar con un humor descabellado, esperpéntico, alrededor de unos personajes no tan absurdos como podría parecer.
Lo que podría haber sido un excelente corto, se alarga hasta cerca de hora y media sin encontrar, en mi opinión, un camino claro que recorrer. Y se me hicieron pesadas las andanzas de Bosco. Probablemente porque se resiente de la falta de presupuesto que le impide desarrollar ideas que se adivinan en la película. Me recordó alguna de las películas que en los 80 nos ofrecieron gente como Trueba (Opera prima) y Colomo (Tigres de papel). Un cine distinto pero falto de desarrollo
Destaca el protagonista, Santiago Alverú, de una naturalidad pasmosa. Habrá que ver si realmente actúa o es que es así. Le acompañan Macarena Sanz, a la que acabo de ver en el teatro (Refugio) y en la película de Miguel del Arco Las furias y un grupo de actores poco conocidos.
A pesar de la decepción, hay que confiar en que García León pueda seguir ofreciéndonos pruebas de su capacidad narrativa que creo está muy por encima de lo que aquí demuestra.
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