Mi hija, mi hermana, (The cowboys, es su título original) es la primera película dirigida por Thomas Bidegain que ha sido guionista de algunos de los mayores éxitos del cine francés en los últimos años, Un profeta (2009), De óxido y hueso (2012), La familia Bélier (2014) y Dheepan (2015) guiones por los que ha obtenido varios premios. No he visto ninguna de ellas.
El comienzo de la película sorprende. Nos encontramos en un festival country pero el aparcamiento está lleno de Renault y Peugeot. Se trata de una comunidad de franceses amantes del country americano que se reúnen para celebrar una fiesta. Alain, el protagonista, baila con su hija Kelly, de 16 años, mientras su esposa y el hijo pequeño de la familia, Kid, los observan divertidos. Pero ese mismo día Kelly desaparece para unirse a la yihad y la familia se desmorona. Alain emprende una búsqueda para encontrar a su hija, aunque le cueste todo lo que tiene y le lleve a recorrer lugares remotos, desconocidos y siniestros acompañado por su hijo Kid, quien tomará después el relevo, sacrificando su juventud para encontrar a su hermana.
Se ha hablado de esta película como de una versión moderna de Centauros del desierto (John Ford, 1956). Me parece absurdo. El propio director da como referencia una película de Paul Schrader, Hardcore, un mundo oculto (1979), donde un padre se desplaza para recuperar a su hija desaparecida a la que encuentra en el mundo del porno. Precisamente ese intento de mezclar el mundo del western con la yihad me parece lo menos afortunado de la película. Está claro que lo que pretende es darle un cierto tratamiento de western a la historia y es cierto que ese amor por el country dota de un cierto carácter a los personajes, pero me da la impresión de que la película no es capaz de definirse. La identificación de la yihad con los indios de Centauros del desierto me parece muy forzada. Y el proceso de la búsqueda, en sus diferentes escenarios y periodos de tiempo, que nos vienen dados, entre otras cosas, por los sucesivos atentados de Nueva York, Madrid y Londres muestran, para mi, una indefinición en lo que se nos quiere contar.
Creo que el interés de la película reside en la confrontación de dos mundos tan diferentes como el europeo occidental y el árabe-musulmán. Hay que tener en cuenta que la película empieza en 1994 y se desarrolla a lo largo de más de quince años, lo que supone que la visión del mundo yihadista por los occidentales va cambiando mucho a lo largo de esos años.
Como película de aventuras, con un fondo social de la confrontación de esos dos mundos, y la contraposición de las figuras de Alain, el padre y Kid, el hijo, la película tiene interés. Pero no va más allá, en mi opinión, porque, en contra de lo que cabía esperar de un guionista tan galardonado, en la película falla el guión.
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