Está dirigida por Noah Baumbach, director y guionista norteamericano perteneciente a la misma generación que Wes Anderson, (Hotel Budapest), Spike Jonze, (Her) o Alexander Payne (Nebraska). La única película suya que conozco es Frances Ha. La empecé a ver en TV y no consiguió interesarme.
Josh y Cornelia forman una pareja felizmente casada de creativos de mediana edad en Nueva York. No han podido tener hijos, aunque tampoco les ha importado. Josh da clases y trabaja en el montaje de Josh trabaja en su obra documental de seis horas que lleva elaborando durante la última década. Está claro que está bloqueado.
Es entonces cuando conocen a Jamie y Darby , una pareja de jóvenes espíritus libres, espontáneos y sin ataduras, dispuestos a dejarlo todo en busca de su próxima pasión. Para Josh, es como si se le hubiera abierto una puerta de vuelta a su juventud o a la juventud que quiso haber tenido y junto con su mujer dejan de lado a los amigos de su misma edad para ir corriendo junto a estos jóvenes que parecen estar tan conectados…
La película enfrenta a las dos parejas a través del trabajo de producción de documentales. Josh decide ayudar a Jamie en la producción del suyo, pero sus valores éticos, sus gustos y sus criterios profesionales no coinciden. Jamie es un manipulador que adecúa la realidad a sus intereses, de la misma forma que trata de manipular a Josh para acercarse a su suegro, conocido productor.
Con un tratamiento en gran parte de comedia, la película toca, en mi opinión demasiadas teclas y cae, además, en algunos momentos, con una serie de escenas sin sentido ni gracia, como en la visita al guru. Es lástima que no desarrolle apenas a los personajes femeninos, especialmente el de Cornelia, sobre todo porque su intérprete, Naomi Watts, es lo mejor de la película. Tampoco la resolución con la discusión en el Lincoln Center me pareció afortunada.
Y es una pena ya que creo que el planteamiento de la historia, el encuentro con un matrimonio mucho más joven que, en cierto sentido, es una versión de ellos mismos con veinte años menos.Y la huida hacia delante dominada por los sombreritos irónicos, los tocadiscos de mercadillo y las clases de baile callejero. Es decir, el momento en que estar a la moda deja de convertirse en una elección y pasa a ser una ansiedad, daba para más pero se queda a mitad de camino.
Entre los intérpretes, ya he destacado a Naomi Watts. El resto, Ben Stiller, mas soportable que en otras ocasiones, Adam Driver y Amanda Seyfried, cumple.
En resumen aunque se deja ver, me pareció un tanto decepcionante, por lo que podía haber sido y no es.
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