lunes, 11 de febrero de 2019

Cine: MARÍA REINA DE ESCOCIA


La literatura en sus diferentes formas, la biografía, poesía, teatro, la ópera, el cine y la televisión no han dudado en acercarse a María Estuardo, un personaje histórico un tanto controvertido. Como afirmaba Stefan Zweig en su biografía, que leímos hace unos años en clase, "Quizás no haya ninguna mujer cuyos rasgos hayan sido trazados de manera tan divergente, ora como asesina, ora como mártir, ora como necia intrigante, ora como santa celestial. Curiosamente esa variedad de su imagen no es culpa de la falta de material acerca de su figura, sino de la desconcertante abundancia del mismo (…) Contra todo 'sí' atestiguado documentalmente se alza un 'no' también documentado. Contra toda acusación, una disculpa”.

Tengo un ligero recuerdo de la película de 1971 con Vanessa Redgrave y Glenda Jackson dirigida por Charles Jarrott que supuso para mi el descubrimiento de ese momento de la historia de Inglaterra y Escocia. Dos buenas actrices, como lo son también las dos que dan vida a las dos reinas, Saoirse Ronan y Margot Robbie en esta nueva versión que dirige la debutante directora teatral Josie Rourke, con guion de Beau Willimon a partir de María Estuardo, la reina mártir de John Guy.



 María Estuardo, reina de Francia a los dieciséis años y viuda a los dieciocho,  regresa a Escocia para ocupar el trono que le pertenece. Inglaterra está gobernada por su prima Isabel I. Reinas en un mundo gobernado por hombres, las dos sopesan el matrimonio y la independencia. María, decidida a ser más que una simple representación, podría hacer valer su derecho al trono de Inglaterra, poniendo en peligro la soberanía de Isabel.

Con una notable ambientación y fotografía, (nominada al Oscar de vestuario y maquillaje la película me pareció excesivamente superficial en el tratamiento de la historia. Trata de abarcar un periodo histórico bastante amplio reduciéndolo a unos pocos momentos. Son demasiados los ingredientes que maneja, la lucha religiosa, el enfrentamiento con los nobles escoceses encabezados por su hermano, su matrimonio con Lord Darnley, que se acuesta con su secretario y confidente... Al casarse con un sospechoso del asesinato de Lord Darnley, es acusada de participar en el y se ve obligada a abdicar como reina de Escocia y refugiarse en la corte de Inglaterra, donde intentaría hacer prevalecer sus derechos al trono frente a Isabel I. Desde las  tramas urdidas por la nobleza escocesa hasta los esfuerzos de los ministros de Isabel I para deslegitimar sus aspiraciones al trono inglés y su posterior ejecución. Demasiadas cuerdas a tocar. 

Todo parece estar narrado sin emoción, solo para llegar al cara a cara (parece que falso, nunca llevaron a verse) entre las dos reinas, un momento bien resuelto dramáticamente, aunque cargado de esteticismo con ese juego entre velos.  Dos mujeres fuertes y poderosas sometidas a una sociedad gobernada  por los hombres. Políticos, religiosos, padres, hermanos.  Ambas mujeres se comprendían, se atraían y se desafiaban, y las dos de vieron obligadas a pagar el alto precio impuesto por el poder.

En la interpretación destaca más una fría Saoirse Ronan que una afeada Margot Robbie, cuyo personaje es menos relevante





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