Nueva película de Roman Polanski, tras La venus de las pieles, Un dios salvaje y El escritor. Polanski es uno de los grandes nombres del cine europeo en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Títulos como Repulsión, La semilla del diablo o El pianista han marcado una carrera con numerosos éxitos.
Basada en hechos reales adapta una novela de Delphine de Vigan editada por Anagrama, que se relaciona con dos obras de Stephen King, Misery y La mitad oscura. En el guion ha contado con la presencia del prestigioso guionista y director francés Olivier Assayas.
Delphine (Emmanuelle Seigner) es una novelista de éxito, paralizada ante la idea de tener que comenzar a escribir una nueva novela. Su camino se cruza entonces con el de Elle (Eva Green), una joven encantadora, inteligente e intuitiva. Elle parece comprender a Delphine mejor que nadie, y pronto se convierte en su confidente. Delphine confía en Elle y le abre las puertas de su vida. Pero ¿quién es Elle en realidad? ¿Qué pretende?
Una historia de manipulación, dominación y suspense que se mueve por la intersección de realidad y ficción y que constituye una reflexión sobre la como enfrentarse al éxito y al vacío creativo tras exponer de manera abierta cuestiones muy personales y graves, algo que la propia autora de la novela parece haber vivido.
Algo que a pesar del interés que puede generar, no consigue desarrollarse en la pantalla. Lo que, a mi juicio, es una histioria de ficción narrada desde la perspectiva de su creadora, la escritora, quien desdobla su personalidad para darle forma, no consigue transmitirse al espectador que está más atrapado por la intriga de la presencia de Elle que por la reflexión sobre el proceso de crear. La narración aparece confusa en cuanto a las personalidades de las dos mujeres, primando el carácter de la intriga y la manipulación hasta el giro final, todo lo cual contribuye a crear una sensación de desorientación e inverosimilitud.
Centrada en el enfrentamiento entre los dos personajes femeninos, es fundamental la interpretación. Me gustó más Eva Green que Enmanuelle Seigner aunque, para mí, las dos tienen el lastre de la falta de definición de sus personajes.
Una película menor de un gran director
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