Película francesa, dirigida por François Ozon, un director del que se ha hablado en bastantes ocasiones en este blog, con referencia a películas como Frantz, Joven y bonita y, sobre todo, En la casa.
En esta ocasión se aproxima a una historia de doble personalidad que podría relacionarse con directores como Brian de Palma y Cronenberg, entre otros. Para ello cuenta con la protagonista de Joven y bonita, Marine Vacth, el actor belga Jérémie Renier y la veterana Jacqueline Bisset. Está basada en una novela de Joyce Carol Oates, escrita con el seudónimo de Rosamond Smith, Lives of the twins (Vidas de gemelos)
Chloé es una joven con fuertes dolores abdominales que pudieran ser de carácter psicosomático. Por esta razón inicia un tratamiento con un psicoterapeuta. La relación entre ambos da lugar a que se enamoren y tengan que suspender la terapia. Pero cuando empiezan a vivir juntos, ella descubre que su pareja parece tener un hermano gemelo, que también es psicoanalista. Esta dualidad acabará obsesionando a Chloé que se vera inmersa en una situación desconcertante para ella y para el espectador.
Una historia retorcida, y bastante disparatada en la que se nos lleva mediante giros de guión no siempre justificados hacia un final poco convincente y falto de verosimilitud. En alguna otra ocasión he comentado lo difícil que me parece llevar al cine las dobles personalidades. Lo que pasa es que está bien narrado e interpretado, con una hábil utilización de las imágenes dobles, mediante espejos o particiones de pantalla, lo que hace que te la tragues y mantenga el interés.
Pero al final no sabes si todo lo que has visto es fruto de la imaginación de Chloé, de la personalidad dominante de un hermano gemelo sobre el otro y si los personajes dobles son tales. Lo que En la casa era un juego inteligente entre realidad y ficción se convierte aquí en un juego erótico con poca originalidad y bastante confusión.
La película está llena de referencias a otras películas, como Inseparables, de Davis Cronenberg, Hermanas, de Brian de Palma, e incluso La semilla del diablo de Polanski o Enemy, de Denis Villeneuve. Pero al final no es más que una película de intriga, con bastante erotismo y poco sentido común.
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