En una de las salas de Matadero se representa hasta el próximo domingo 12 de junio, Tierra del fuego del argentino Mario Diament. Es un periodista y dramaturgo que actualmente está radicado en Estados Unidos, donde enseña periodismo en la Universidad Internacional de la Florida. Como autor teatral ha ganado premios nacionales e internacionales. En 2014 fue galardonado con el Premio Konex, como uno de los cinco dramaturgos más relevantes de la década.
Sobre él he leido que participó en la guerra de los seis dias, pero no he podido confirmarlo. Lo que sí es seguro es que cubrió como corresponsal la guerra del Yom Kippur, unos años desués y que está muy interesado en el tema de la confrontación entre Israel y Palestina.
El relato nos plantea la necesidad de escuchar la historia del otro, del
enemigo, como condición necesaria para iniciar un diálogo. Y comenzar a esbozar la paz y la convivencia pacífica como posibilidad. Una propuesta para reflexionar sobre las causas y consecuencias de la violencia en una de las zonas más calientes del planeta. Y sobre el lugar del diálogo y la palabra como medio para la convivencia pacífica y la justicia. Algo que no debe limitarse al conflicto árabe-israelí.
La obra está muy bien, a pesar de que el personaje del marido me parece falto de definición y las circunstancias de su separación me parece algo forzadas, como también los hechos que unen la historia del padre con la familia del terrorista. Pero en este caso se trata de un recurso dramático de muy alto voltaje al que quizá falta un poco más de tensión en la representación.
La puesta en escena, muy sencilla, corre a cargo de Claudio Tolcachir, también argentino del que recuerdo La omisión de la familia Coleman, Todos eran mis hijos y Emilia. Creo que en esta ocasión la unión del texto y la puesta en escena consiguen un espectáculo emocionante, con ritmo y concisión.
A la cabeza de los intérpretes está Alicia Borrachero, a la que recuerdo en las series de TV Isabel y Crematorio y, sobre todo en la obra teatral Agosto. Lleva el peso de la función y está muy bien. Como también lo está Abdelatif Hwidar como el terrorista. El resto complementa adecuadamente.
Un buen espectáculo teatral. De lo mejor que he visto en los últimos meses.
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