El domingo estuve viendo El arte de la entrevista, de Juan Mayorga, en el María Guerrero. Creo que no tengo suerte con este autor. Hace unos años vi Penumbra en el Matadero, creada en colaboración con Juan Cavestany, el año pasado El crítico y ahora esta y en ningún caso ha conseguido convencerme. En cambio la película En la casa, basada en su obra El chico de la última fila me gustó mucho.
En este video, Juan Mayorga explica de que va la obra. Por cierto, escribe mucho mejor que habla. Tal como dice, la obra va de tres mujeres, Rosa, la abuela, Paula, la madre y Cecilia, la hija, que una tarde, como resultado de una tarea de la clase de filosofía del instituto de la hija, se enfrentan a una cámara de vídeo y cuentan sus verdades. Hay además otro personaje, un terapeuta que atiende a la abuela, por el que la hija se siente atraída. Y aunque no estén presentes en el escenario, el abuelo y el padre de la chica, el primero ya fallecido y el segundo presente en una cafetería cercana, para encontrarse con la madre de la que está separado, y la hermana gemela de Paula, Concha, mujer de éxito, que hubiera sido el objetivo razonable de la entrevista.
La obra toca muchas cuerdas. La vejez, la memoria, la confusión, la infidelidad, la felicidad, la palabra y su fijación, pero todo tiene un desarrollo artificioso. Para empezar el conflicto. ¿Tiene sentido que el descubrir treinta o cuarenta años después un episodio de infidelidad de la abuela pueda crear el caos familiar? Por otro lado, si Paula lo conocía, ¿por que facilita que Rosa lo cuente para después tratar de borrar la grabación? ¿Tiene sentido la actitud final de Paula? Otro aspecto que queda en el aire es la figura del padre. Separado, echado de casa por Cecilia según dice Paula en un momento de la obra. ¿Por que?
Todo esto no impide que la obra este bien construida y dialogada, con una trama atractiva y unos personajes bien definidos inicialmente, aunque el desarrollo del conflicto sea como he dicho artificioso, difícil de justificar.
La puesta en escena es de Juan José Afonso que también lo era de El crítico. Entonces no me convenció el tratamiento onírico de la parte final de la obra. En esta ocasión creo que no acierta con el tono de la interpretación. O quizá el problema es de las actrices. Ni Alicia Hermida ni Luisa Martín me terminan de convencer. Veo a Alicia Hermida mucho más adecuada para papeles como el de Maribel y la extraña familia que para más dramáticos como este o el que hace unos años (2007) le valió un premio como secundaria en la adaptación de Fedra que vimos en el Bellas Artes. Quizá es que, pese a sus mas de 80 años, todavía la recuerdo como una de "las chicas de Jaime de Armiñán" en TVE.
Luisa Martín es una actriz que me gusta en televisión. En teatro la vi hace un par de años en Orquesta de señoritas de Anouilh, donde se había hecho con el papel el mismo dia por enfermedad del actor. Aquí no me llega en los momentos de mayor intensidad dramática.
Los otros dos actores, Elena Rivera y Ramón Esquinas cumplen en papeles que parecen pedir mayor desarrollo.
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