Los vecinos de arriba es el debut teatral como autor y director de Cesc Gay, director de películas tan notables como En la ciudad y Truman. La obra se estrenó en Barcelona la temporada pasada, con gran éxito, y ahora llega al teatro de La Latina en Madrid con un reparto diferente.
Ana y Julio son una pareja en crisis. Una noche Ana invita a cenar a sus vecinos de arriba, Gloria y Brian para enseñarles el piso y agradecerles la ayuda que les dieron cuando se instalaron en el edificio, seis meses antes. Una invitación que han ido retrasando y que a Julio no le apetece nada pero que pretende aprovechar para reprocharles las ruidosas expresiones amorosas con que les incomodan. A medida que avanza la velada, Ana y Julio van descubriendo las tendencias sexuales de sus vecinos, y les lleva a replantearse su propia relación de pareja, que está llena de reproches e inmersa en la monotonía.
El tema de la pareja en crisis es, sin duda, uno de los que más veces se ha puesto en escena, tanto en cine como en teatro. En esta temporada, sin ir más lejos, he podido ver en el escenario La clausura del amor, La respiración, Escenas de la vida conyugal y Bajo terapia. Porque, como dice el autor de esta obra, vivir en pareja es una de las aventuras más grandes y ambiciosas que se pueden experimentar. Y dentro del género, la variante de confrontación entre los planteamientos de dos parejas distintas tiene también notables antecedentes, que pueden ir desde el drama de ¿Quien teme a Virginia Wolf? hasta la comedia de Un dios salvaje.
Cesc Gay ha construido una comedia agridulce. Nos encontramos con un matrimonio que discute más que habla. Ella se preocupa por mantener buenas relaciones con los vecinos y quedar bien, él parece haber hecho del sarcasmo su modo de comunicación verbal. La otra pareja, Gloria y Brian, en cambio, parece encontrarse en su plenitud, al menos en el aspecto sexual, y les sorprenden cuando se excusan por su comportamiento y al mismo tiempo les cuentan todas las fiestas sexuales que celebran en su piso. Como ella es psicóloga, la reunión acabará derivando en una "terapia de pareja".
La primera parte de la obra está muy bien. Sirve para presentarnos a los personajes y sus conflictos con unos diálogos brillantes y un ritmo excelente. Pero una vez que se plantean las posiciones opuestas en cuanto a las relaciones sexuales entre las parejas, la obra se decanta por unas réplicas que tan sólo parecen buscar (y conseguir) las risas cómplices del público, para llegar a una conclusión, la terapia dirigida por Gloria, que me pareció bastante forzada. En este sentido hay que destacar que la obra me pareció muy bien dialogada y no tan bien desarrollada dramáticamente. Y toda ella con un ritmo muy bien conseguido.
La interpretación me gustó. Ana es Candela Peña que debuta sobre el escenario. No la vi del todo cómoda en sus movimientos, como falta de costumbre, pero estoy seguro de que con unas representaciones más se encontrará a gusto. Julio es Xavi Mira al que no recuerdo haber visto con anterioridad aunque, al parecer, ha intervenido en bastantes series populares de TV. Dota muy bien a su personaje de agresividad y sarcasmo. A Pilar Castro la he visto en otras ocasiones tanto en teatro como en cine y TV. Me parece una buena actriz que aquí tiene el personaje menos atractivo, Gloria, que parece construido para justificar la terapia de pareja con que se resuelve la obra. Andrew Tarbet es Brian, el personaje bombón de la obra, que con desfachatez, total falta de prejuicios y sin morderse la lengua, da rienda suelta a la comicidad. Actor canadiense afincado en Barcelona. Da la sensación de que el personaje de bombero canadiense, se ha adaptado a su personalidad. Muy eficaz. Como eficaz es la obra a juzgar por las continuas (y excesivas, en mi opinión) risas del público y los aplausos finales.
En resumen una obra muy adecuada para pasar el rato, pero yo esperaba más de su autor. Me ha pasado con Los vecinos de arriba lo que con El crédito de Jordi Galceran, creo que de sus autores hay que esperar menos superficialidad. Son capaces de obras de mayor enjundia. Cesc Gay ya lo ha demostrado en sus películas.
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