En un verano plagado de películas de relleno, con una hiperinfación de películas francesas, se ha estrenado y creo que pasará injustamente desapercibida, la ópera prima del director norteamericano Cory Finley, toda ella retrata un ambiente mórbido, ponzoñoso y perverso que me ha recordado mucho a los personajes y acciones de las novelas de Patricia Highsmith ,la trama recuerda algo a "Extraños en un tren", y el personaje femenino principal no deja de ser un Ripley con faldas, un personaje sociópata incapaz de sentir nada, según su propia confesión , ni felicidad ni culpa solo a veces hambre o sueño.
Lily y Amanda son dos adolescentes de la buena sociedad de Connecticut , Lily ( Anya Taylor -Joy) ha vuelto del internado y acepta dar clases particulares a una antigua compañera Amanda( Olivia Cooke) que está en tratamiento psiquiátrico y pendiente de de juicio por crueldad animal al haber matado de forma bestial a su caballo que había sufrido una fractura en sus patas, es un ser antisocial y desagradable, pero Lily va sintiendo por ella una creciente y compleja fascinación .
Amanda descubre el odio que Lily siente por su padrastro y no tarda en plantearla ¿ No has pensado en matarlo?
Aunque es obvio, no voy a hacer spoiler ,solo diré que en los personajes de estas dos mujeres existe una mutación, mientras Lily se muestra "generosa" dentro de su conducta esquizoide, Amanda es capaz en su lucidez de aprovecharse de Lily y cometer las mayores atrocidades.
Me ha gustado la película, un guión bien elaborado y con una interesante banda sonora que alterna música clásica con otra eléctronica y que combina pausas de silencios con efectos de sonidos cotidianos como pasos, timbres, grifos, las rodadas de los neumáticos en el asfalto o el sonido de un sacapuntas al afilar un lápiz... consiguiendo una atmósfera muy sugerente que encaja muy bien en el contexto de la historia, aunque la historia es sórdida no está tratada con sensacionalismo, no hay violencia gratuita y las dos escenas claves están resueltas con dos fantásticas elipsis.
Buenas interpretaciones de las dos protagonistas femeninas, frías estáticas y muy contenidas , también destaca Anton Yelchin, al que está dedicada la película pues falleció en un extraño accidente después del rodaje , y que interpreta a un pobre diablo manipulado por los dos angelitos.