Edgar Neville (Madrid 1899-1967 ) fue un personaje atípico con una biografía poliédrica, aristócrata, novelista, dramaturgo, dibujante y pintor, cineasta,gastrónomo, humorista, diplomático y además espía para el bando rebelde ,su vida daría de sí para una buena serie. Miembro de la "otra generación del 27" junto con Tono, Mihura, Jardiel Poncela, José López Rubio....fue uno de los muchos creadores que despertaban reticencias en ambos bandos, aunque su carrera fue amplia, prácticamente financiada por si mismo, no gozó de éxito en su momento,su cine ha tenido un reconocimiento tardío, a pesar de que Bardem, Berlanga y sobre todo F.Fernán Gómez tienen fuertes influencias suyas.
"La torre de los 7 jorobados" es una novela de Emilio Carrere, escritor y poeta modernista ,bastante reconocido a principios del siglo pasado, por sus novelas cercanas al folletín, la que nos ocupa la entregó, apremiado por el editor, con retraso, mal concluida y hecha de retazos de otras obras suyas, el editor acudió a otro escritor Jesús Aragón para poner orden en el embrollo, resultando el mayor éxito de ventas del escritor.Carrere también era otro personaje atípico ,un burgués que ejercía de "bohemio"solo los fines de semana, cuando empezó la guerra civil, para esconderse de las checas se refugió en un panteón del cementerio y luego, fingíendose loco, en distintos manicomios, con la victoria nacional se le curó la demencia. Lo que tenían en común estos dos creadores era su casticismo, Madrid estaba en sus orígenes, en sus vidas y en los personajes que retrataban. La novela fue adaptada al cine por Edgar Neville y José Santugini, tomándose bastantes libertades.
Basilio Beltrán (Antonio Casal) es un madrileño de clase media baja con aspecto de funcionario, algo bobalicón e inocente, galanteador de una cantante de cafetín llamada " La bella Medusa". La necesidad de dinero ,para agasajarla, le lleva al casino a jugarse lo poco que tiene, un extraño personaje tuerto, llamado Robinsón de Mantua ( Félix de Pomés), al que nadie parece ver excepto él, le ayuda a ganar a la ruleta.
Robinsón le confiesa que en realidad es un muerto, le confiesa que no se suicidió, como figura en los archivos policiales, si no que fue asesinado y que ahora necesita su ayuda para salvar a su sobrina Inés (Isabel de Pomés), de un grave peligro que corre. Basilio se prenda de Inés y se convierte en un detective, sus pesquisa le llevan a descubrir una trama criminal, que opera desde una ciudad subterránea, comandada por un siniestro Doctor Sabatino ( Guillermo Marín) con su cohorte de jorobados dedicados a la falsificación de billetes.
Singular película , inclasificable que oscila entre lo policaco y el terror, quizás la primera película española de género fantástico, que retomarian en los años 60 y 70 directores como Eugenio Martín , Paul Naschy y sobre todo el delirante Jesús Franco, al que muchos consideran un director de culto que se especializó en realizar dobles versiones , para el consumo nacional y el europeo. Historia gótica que se acerca a los relatos de Poe y Stevenson , con fuertes infuencias estéticas del cine expresionista alemán de Robert Wienne (El gabinete del Dr. Caligari) y Fritz Lang ( El testamento del Dr. Mabuse y Metrópolis ) y del cine de terror de la Universal, Ted Browning, James Whale.....Influencias reales que quedan diluídas por el casticismo madrileño y un alto sentido del humor, que aporta un distanciamiento irónico a la trama criminal potenciando el sainete, Basilio es un Sherlock Holmes transladado de Londres al Madrid de la Plaza de la Paja, de la calle del Rollo o el Paseo de la Virgen del Puerto.
Buena la actuación de Antonio Casal creando un personaje, que repitió en muchas ocasiones hasta llegar a su Plinio de Tomelloso, Felix de Pomés genial con ese aire de Mr. Hyde mezcado con Millán Astray ,con esa secuencias apareciendo y desapareciendo a través de los espejos, muy presentes en toda la película, Guillermo Marín hace un gran villano con un toque de Bela Lugosi . Estupendos secundarios como Antonio Riquelme, Julia Lajos ...